El marginado
Tenía la cara sucia y el cabello largo y mugriento. La cerveza le había manchado la ropa y el olor se esparcía por todas partes. Cuando entró en el edificio de la iglesia, los asistentes a la reunión del domingo lo ignoraron. Se quedaron pasmados cuando el hombre se acercó al púlpito, se quitó la peluca y comenzó a predicar. En ese preciso instante, se dieron cuenta de que era el pastor.
Naturaleza y vacío
Según el antiguo filósofo Aristóteles, «la naturaleza aborrece el vacío». Basaba su conclusión en la observación de que la naturaleza exige que todo espacio esté lleno de algo, aunque solo sea el aire incoloro e inodoro.
Temor y amor
Alguien me contó lo que observó sobre sus dos jefes. A uno de ellos, sus subordinados lo aman, pero no le temen. Como aman a su jefe, pero no respetan su autoridad, no siguen sus instrucciones. Al otro jefe, los que trabajan bajo sus órdenes lo aman y le temen, y esto se demuestra en el comportamiento de ellos.
Cuando alguien cae
Oír sobre la mala conducta de una figura pública respetable se ha convertido en algo tan usual que, aunque tal vez nos decepcionemos profundamente, casi no nos sorprende. Pero ¿cómo deberíamos reaccionar ante la noticia de un fracaso moral de una persona destacada o de un amigo? Podríamos empezar mirándonos a nosotros mismos. Hace un siglo, Oswald Chambers les dijo a sus alumnos del instituto bíblico Bible Training College, en Londres: «Manténganse siempre alertas ante la realidad de que allí donde un hombre ha vuelto atrás es exactamente donde cualquiera puede hacerlo […]. La fortaleza desprotegida es doble debilidad».
Un libro abierto
Como soy escritor, en ocasiones algún amigo me dice: «Algún día me gustaría escribir un libro».
Conducir sin luz
Siempre he pensado que podría superar casi cualquier situación si el Señor me anticipara el resultado. No dudo de que «todas las cosas […] ayudan a bien» (Romanos 8:28), pero me iría mucho mejor durante los tiempos difíciles si supiera exactamente qué aspecto tiene el «bien».
Potencial de un niño
Louis Armstrong era famoso por su cara sonriente, su voz rasposa, su pañuelo blanco y su virtuosismo con la trompeta. No obstante, su niñez se caracterizó por el sufrimiento y las necesidades. Su padre lo abandonó cuando era bebé y, con solo doce años, lo mandaron a un reformatorio. Lo sorprendente fue que esto se convirtió en un punto decisivo y beneficioso para su vida.
Libre en Alcatraz
Visitar la cárcel federal en la isla Alcatraz, en la bahía de San Francisco, me dejó imágenes imborrables. Mientras el barco atracaba en el muelle, pude ver por qué a esta prisión de máxima seguridad, actualmente cerrada, en una época se la conoció como «La roca».
¿Llamarlo bueno?
¿Podemos nosotros saber determinar de verdad si las circunstancias de la vida son buenas o malas?
Fe por contrato
A veces, las personas que sirven a Dios viven con una implícita «fe por contrato». Como dan tiempo y energía a la obra del Señor, piensan que merecen ser retribuidos con un trato especial.