Ves a tus amigos que siguen otras religiones y te duele. «¿Por qué no los puede salvar su fe? —preguntas a Dios—. Son tan sinceros. ¿No cuenta eso para nada?»
Sin embargo, la fe no es lo único que importa. La salvación no es simplemente por fe; es por la fe en Jesucristo.
Pablo reconoció que sus compatriotas judíos eran bien celosos de su fe. Pero, ¿cuál era el problema? Que su celo no era conforme al verdadero conocimiento, escribió Pablo en Romanos 10:2. El evangelio que él predicaba era un mensaje de simple justicia (véanse los versículos 5 al 13), pero los judíos no lo entendieron.
Más que la fe misma, el objeto de esa fe es la clave. Si tu fe es en alguien o en algo que no sea Cristo, la llave no va a abrir la puerta.
Para parafrasear a C.S. Lewis en Cristianismo y nada más, yo podría creer con 100% de sinceridad que puedo obtener la vida eterna si doy vueltas caminando con un huevo a medio cocer enganchado de la oreja, pero mi sinceridad no hace que el objeto de mi fe (esa yema
chorreando en el cuello de mi camisa) sea más efectivo.
Entonces, ¿cuál es el conocimiento que merece nuestro celo? Pablo lo resumió de esta manera: «Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo…» (v.9).
Y tú protestas diciendo: «¿Has tratado de testificar a alguien que es muy celoso acerca de una fe falsa?» La historia del cristianismo está llena de personas que empezaron siendo celosamente anticristianas y terminaron como firmes defensoras de la fe. Pablo era una de ellas. También lo es Josh McDowell, cuyos estudios para probar que el cristianismo era falso lo llevaron a la fe en Cristo y a un fructífero ministerio enseñando razones para creer.
Entonces, ¿qué vas a hacer con el conocimiento que tienes? Muestra un celo sincero. Habla con alguien acerca de tu fe hoy mismo. —JC
R E F L E X I Ó N
■ ¿Qué puedo decir a las personas que son sinceras acerca de una fe que no es el cristianismo?
■ ¿De qué manera necesito añadir un poco de celo a mi evangelización personal?
■ Señor, deseo proclamar tu evangelio a todo el mundo, incluso a aquellos que creen firmemente en otra fe. Úsame para ayudarlos a ver que necesitan poner su fe en Ti.