¿Tienes algo que se ve bien, pero que no funciona? Tal vez sea una grabadora, o un equipo estéreo, un reloj despertador, un auto o un bolígrafo al que se le terminó la tinta.
Yo tengo una tostadora que ya no quiere cooperar. ¡Se ve fantástica! Pero me deja frío el pan del desayuno.
Estoy seguro de que Dios se siente frustrado con nosotros en una forma similar. Nos vemos bien, pero no funcionamos. El pueblo al que Dios le habló en Isaías 58 era experto en verse bien y no hacer lo que Dios esperaba de ellos. Iban al templo con frecuencia, ofrecían sacrificios, sus oraciones eran impresionantes, y esperaban que Dios los bendijera… pero no lo hacía.
¿Por qué no? Porque aunque estaban participando en una actividad religiosa buena, no ponían su fe en práctica. Ignoraban las responsabilidades que Dios les había dado y explotaban a la gente que debían haber ayudado.
Nosotros podemos tener la misma tendencia. Separamos nuestra fe en categorías para diferentes horas del día o sólo para ciertos aspectos de nuestra vida. De esa forma, cuando estamos en la escuela, en el trabajo o en la casa, podemos olvidar cómodamente cómo hemos de honrar al Señor. Nos preocupamos tanto por lograr nuestra propia felicidad que le pasamos por arriba o por el lado a personas que necesitan nuestra ayuda.
Señor, ayúdame a ver las cosas que no veo en mi vida. Ayúdame a ser útil y activo para Ti. Ayúdame a ver cómo puedo servirte mejor por la manera en que vivo y trato a los demás. —KD
R E F L E X I Ó N
■ ¿Me «veo bien» pero «no funciono»? ¿Estoy tratando a mis familiares, compañeros de estudio o a las personas de la iglesia como debería tratarlos?
■ ¿De qué manera muestra mi vida que amo a Dios? (Busca 1 Juan 3:16-19).
■ ¿A quién voy a tratar de una manera diferente porque quiero agradar a Dios?