¿De qué te serviría un tercer ojo? Un ojo detrás de la cabeza podría ser muy útil. No tendrías que mirar por el espejo retrovisor cuando conduces, y podrías echarle el ojo a esa estudiante tan mona que se sienta detrás de ti en la clase de filosofía.
Pensar en tener un tercer ojo suena bastante extraño, pero existe una criatura que lo tiene. Se encuentra rondando por los cañones rocosos del sudoeste de los Estados Unidos y el norte de México. Es la lagartija de Yarrow, y tiene un tercer ojo justo encima de la cabeza.
Dos biólogos del New York’s City College estudiaron estos inusuales animalitos durante un tiempo para averiguar qué función desempeña el ojo adicional. Descubrieron que la visión en el tercer ojo es desenfocada, pero detecta la luz solar y ayuda al animal a encontrar el camino a casa. Cuando los científicos les tapaban el tercer ojo, las lagartijas deambulaban sin rumbo; cuando se lo destapaban, iban derecho a sus nidos.
Tú y yo no tenemos un tercer ojo en la cabeza, pero en Hebreos 12 se nos dice que mantengamos los ojos puestos en el Hijo de Dios y sigamos su ejemplo (vv.1-3). Así no nos perderemos en el desaliento ni cederemos ante el pecado (vv.3,4).
En tiempos del Antiguo Testamento, el profeta Isaías exhortaba al pueblo de Israel a buscar dirección en Dios, no en los espiritistas ni en los encantadores (Isaías 8:19,20). Buscar dirección en la vida en alguna otra parte y cerrar los ojos al Señor conduciría solamente a deambular sin rumbo y a la ruina (vv. 21,22).
En términos prácticos, mantener los ojos en el Señor significa que le damos nuestra constante atención. Dios nos habla todo el tiempo a través de su Palabra. Y lo que él tiene que decir nos puede librar de muchos problemas que vienen de vivir sin dirección. Pero sobre todo, mantener los ojos en Él nos llevará al gozo de ir con Él por la vida y disfrutar de su favor.
¿Están tus ojos fijos en Jesús? —KD
R E F L E X I Ó N
■ ¿Diría Jesús que lo «miro a los ojos»?
■ ¿Qué me sucede a mí (y a los demás) cuando quito los ojos de Jesús?
■ ¿Qué puedo hacer para mantener la comunicación con el Señor?