Si yo fuera un héroe de acción que tuviera que luchar contra enemigos fuertes, el guión estaría escrito un poquito diferente de lo que por lo general lo escriben.
En la mayoría de los casos, si tuviera el peligro de frente, ¡saldría corriendo!
¿Crees que me voy a enfrentar a un grupo de terroristas armados, pateadores ninja o traficantes de droga armados? Lo siento, pero eso es una locura. Y no me importaría si se esperara de mí que fuera el héroe No. 1. Yo sabría cuando
estoy a punto de ser destrozado y me iría de allí.
Claro que en el mundo de fantasía de nuestra sociedad, los héroes siempre salen victoriosos, gracias al ingenio creativo (el del guionista) y a unos cuantos golpes bien dados.
Sin embargo, en la realidad, la mejor estrategia cuando confrontas a un enemigo invencible es poner cierta distancia entre tú y tu oponente, especialmente cuando el enemigo es la tentación sexual.
Nota cómo José lidió con la tentación en Génesis 39. Cuando la esposa de Potifar hizo su jugada, José también hizo la suya: ¡se fue huyendo! Él entendía las consecuencias de aquello a lo que estaba siendo tentado.
La decisión de José también tuvo sus malas consecuencias. Cuando la señora Potifar mintió acerca de lo que pasó (al menos su moral era coherente…
coherentemente mala), a José lo metieron en la cárcel injustamente. Pero aun entonces, Dios mantuvo el control. El encarcelamiento de José fue otro eslabón en una cadena de acontecimientos que Dios había diseñado para preservar a la nación de Israel.
Las tentaciones sexuales son una batalla igual de difícil hoy en día, miles de años después. Si crees que puedes resistir y derrotarlas, estás equivocado. En una situación como esa, la estrategia más segura es correr.
El resultado será como los guiones de mis películas: no mucha acción, pero ¡sí una definitiva clasificación G! —JC
R E F L E X I Ó N
■ ¿Por qué huir es la mejor manera de manejar la tentación sexual?
■ Lee 1 Corintios 10:13. ¿Cuáles son algunas de las «salidas» que Dios ha
provisto para mí?
■ Señor, sé que la mejor manera de lidiar con la tentación es alejarme de esas
situaciones. Ayúdame a estar alerta para huir de ellas.