Navegar en velero en medio de una densa neblina no es lo mejor. Hace unos cuantos veranos, el último día de un viaje que hicimos con un grupo de jóvenes, nuestra flotilla de 10 barcos se despertó en medio de una espesa neblina. La última pata de nuestro viaje era larga y requería una cuidadosa navegación para evitar encallarnos.
Afortunadamente, varios de los capitanes estaban preparados para tal acontecimiento. Así que elevamos anclas y salimos, siguiendo de cerca a los capitanes que sabían exactamente a dónde iban.
¿Cómo lo sabían? Estaban usando los instrumentos del SPG, Sistema de Posicionamiento Global, el cual utiliza satélites posicionados alrededor del globo. Las señales provenientes del espacio permiten a la gente que está en
la Tierra determinar su posición exacta.
Después de haber navegado a motor (no había viento para las velas) durante un largo tiempo en medio de la neblina a lo largo de una gran bahía, y cuando sólo
podíamos ver el barco que nos quedaba en frente, de repente apareció la boya clave justo a babor de nuestro barco. ¡Llevábamos el rumbo correcto!
Desde ese día he deseado muchas veces tener esa clase de sistema infalible para encontrar mi camino en la vida cuando parece que me encuentro en medio de una neblina. Al tener que decidir a qué universidad asistir, qué auto comprar o qué empleo tomar, simplemente parecía que había demasiadas opciones y ninguna dirección clara.
Ha sido en esos momentos cuando he concluido que a menudo, todo lo que
podemos hacer es seguir fielmente a Aquel que nos guía por el camino. Podemos confiar en que nos llevará justo a donde Él quiere que estemos (Proverbios 3:5,6).
Puede que no podamos ver a una gran distancia, pero sí podemos mantener a
Cristo a la vista, hablar con Él, buscar su sabiduría, pedirle protección de las malas decisiones, y vivir en obediencia a Él.
Cuando nada más parece claro, podemos —debemos— mantener la mirada en
Cristo. Él nos ayudará en medio de esas situaciones confusas en las que tengamos que tomar decisiones y nos llevará al punto en que nos demos cuenta de que Él sabía exactamente a dónde nos estaba conduciendo. —KD
R E F L E X I Ó N
■ ¿En qué momentos de mi vida me ha parecido estar en una neblina?
■ ¿De qué forma he seguido a Dios en esos momentos?
■ ¿Qué decisiones clave tendré que tomar pronto? ¿Cómo voy a saber lo que
Dios quiere que haga? ¿Estoy viviendo en estrecha relación con Él?