¿Alguna vez te preguntaste cómo sabe un piloto de una aeronave volar del punto A al B? Lo más probable es que use un VOR, sigla del inglés correspondiente a Radiofaro Omnidireccional de VHF, un sistema de navegación inventado a principios de la década de 1950. Aún hoy guía muchos aviones a destino. El piloto establece el curso en su dial. Si la aeronave se desvía de ese trayecto determinado, el instrumento se lo indica, para que se puedan hacer las correcciones y volver a alinear la nave al curso normal.
En los tiempos de Isaías, la nación de Israel necesitaba imperiosamente un sistema VOR confiable. Y Dios deseaba cumplir esa función para ellos. Pero, a pesar de Sus advertencias, los israelitas habían decidido alinearse con Egipto (Isaías 30:1-2). No obstante, el Señor, en Su gracia, prometió que un día sería su navegador: «Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda» (v. 21).
En el día de hoy, los creyentes tienen un sistema de navegación interno. Jesús envió al Espíritu Santo, que vive en nosotros, el cual nos «guiará a toda la verdad» (Juan 16:13). Si necesitas instrucciones sobre hacia dónde establecer el curso de tu vida, no te apoyes en tus sentidos. Usa el sistema VOR divino que, con toda seguridad, te guiará en la dirección correcta.