¿Estás buscando un empleo? O tal vez seas un graduado universitario que busca un patrono dispuesto a pagar muchos billetes por alguien que tenga tu increíble conocimiento y habilidades.
A continuación algunos consejitos tomados de una encuesta que se hizo a 200 ejecutivos que reclutan empleados para las compañías más grandes de los Estados Unidos. He aquí lo que no se debe hacer durante la entrevista si realmente quieres el trabajo:
• Pedir pizza a domicilio, como el tipo hambriento que hizo arreglos para que le llevaran una pizza mientras lo entrevistaban.
• Demostrar tu ignorancia. Una mujer dijo a su entrevistador que se había graduado Cum Laude. No sabía lo que era eso, aunque estaba orgullosa de tener un índice académico de 2,1.
• Vestirte para fracasar, como la mujer que se presentó en traje de baño.
• Quedarte dormido. Un tipo cabeceó entre pregunta y pregunta y empezó a roncar.
• No estar preparado. Cuando le pidieron que llevara un Curriculum Vitae u hoja de vida y dos referencias, un hombre se presentó con un Curriculum y dos amigos.
Estos ejemplos demuestran una vez más que sin un poco de sentido común, todos estaríamos desempleados. Además, estos fallos también demuestran que la gente, por naturaleza, tiende a estar más interesada en agradarse a sí misma que en hacer el esfuerzo para agradar a otra persona.
Esto también sucede en la manera en que nos relacionamos con Dios. Tendemos a ser demasiado informales en nuestra actitud respecto a lo que Dios quiere de
nosotros. Queremos ser discípulos de Cristo por los beneficios, no por lo que se
requiere de nosotros a cambio.
Tendemos a pensar que la salvación se trata de nosotros, cuando en realidad se
trata de Dios. Somos salvos, perdonados, redimidos, rescatados del infierno, para que podamos vivir como un pueblo salvo, perdonado, redimido y de camino al cielo, que debe todo lo que es a Cristo. Hemos de estar dispuestos a darlo todo, incluso a morir, si fuera necesario, por Él (Lucas 14:27).
Los beneficios a largo plazo de servir a Cristo son insuperables. Pero aquí y ahora, necesitamos estar dispuestos a darle toda nuestra atención y a darlo todo por seguirlo a Él. —KD
R E F L E X I Ó N
■ ¿Qué creo que Cristo quiere de mí?
■ ¿Qué ha hecho por mí? ¿Por qué es lógico que le dé toda mi atención y mi
vida?