Clem el gato volvió a casa. No hay nada raro en eso, dices. ¡Gran cosa! Pero el viejo Clem había estado quién sabe dónde durante 8 años.
La dueña dijo que escuchó a un gato maullando en el pórtico del frente. Cuando abrió la puerta, un gato macho grande de pelo largo y gris entró a la casa, miró a su alrededor, empezó a ronronear, y saltó a su sillón favorito.
Los miembros de la familia no podían creer lo que veían. Pero cuando miraron las fotografías viejas llegaron a la conclusión de que Clem, 8 años después de haberse perdido o de que se lo robaran, finalmente había vuelto a casa.
¡Qué instintos tan extraordinarios dio Dios a los animales!
A nivel espiritual, ¿por qué es que un creyente en Jesucristo que ha escogido alejarse de Él tiene menos instintos para regresar a «casa»? ¿Por qué nosotros, en nuestra rebeldía contra Dios, a menudo mostramos menos sentido que algunos animales?
Hemos sido diseñados por un amante Creador que nos ha dado todas las razones para que queramos regresar a Él. En su presencia hay amor, protección duradera y gran gozo. Cuando nos alejamos de él, puede que encontremos
un placer temporal, pero también experimentamos una gran pérdida. Adentro, andando con Él, hay mucho más esperanza. Afuera, lejos de Él, sólo hay desesperación.
El profeta Jeremías dijo que hasta las aves viven según los tiempos y los lugares
que Dios les ha construido (8:7). Sólo el hombre parece alejarse de Dios y dirigirse a su propia destrucción.
Padre, perdónanos por alejarnos de Ti. Llévanos de vuelta a Ti hoy. Amén. —MD
R E F L E X I Ó N
■ ¿Me he alejado de Dios escogiendo el pecado?
■ ¿Qué me impide volver a Jesús? ¿El orgullo? ¿El temor? ¿El egoísmo? ¿El amor
a mi pecado?
■ ¿Está alguno de mis amigos alejado de Dios? ¿Qué puedo hacer para que esa
persona vuelva a Él?