¿Qué parte de una visita al dentista te asusta más? Sin levantar las manos, si te pasa lo que a mí, es la aguja. Cuando esa arma de medio metro de largo
desciende a tu boca, lo que se siente es más que una ligera presión, independientemente de lo que te prometa tu dentista.
Pero gracias a un nuevo invento, todo eso podría quedar relegado a los traumas del pasado. Una compañía de Nueva Jersey ha inventado una «aguja sin dolor».
Trabaja en un área mucho más pequeña y afecta hasta un solo diente. Por tanto, no produce dolor en el momento ni baba después.
Claro, hasta el dolor de una aguja que inyecta Novocaína en las encías sería preferible al dolor constante de que te taladren los dientes. El olor y el sonido que hace BzzzZZZzzz son ya lo suficientemente malos; el dolor real, mucho peor.
Sin embargo, hay ciertos elementos en nosotros que siempre deberían ser sensibles a la menor punzada. No me refiero a nuestros dientes, sino a nuestra conciencia.
El pecado continuo puede ser como la Novocaína para tu conciencia, adormeciéndola de tal manera que el pecado no duela tanto como antes. Los primeros pecados son como la aguja: duelen. Pero con el tiempo, a medida
que los pecados se acumulan, nos volvemos más y más insensibles.
Si el pecado se ha hecho más fácil para ti, ¡cuidado! Tu conciencia podría volverse insensible a él.
Puede que sea doloroso, pero puedes lidiar con ello. Deja de ignorar tus pecados. Confiésalos y acepta el constante perdón de Dios para que tu relación con Él siga siendo estrecha (1 Juan 1:9).
Luego, al igual que cuando pasa el efecto de la Novocaína, serás más sensible a los pecados que incluso hasta hace poco tiempo no parecían ser la gran cosa.
Pocas personas disfrutan las visitas al dentista. Vivir por la carne cuando
perteneces a Cristo puede ser igualmente desagradable. ¡Deja la Novocaína hoy
mismo! En la vida cristiana, la ausencia de dolor ciertamente no beneficia a nadie. —JC
R E F L E X I Ó N
■ ¿Cuánto le he permitido al pecado que me «anestesie»? ¿Estoy muy dormido?
¿Estoy cayendo bajo sus efectos poco a poco? ¿O todavía soy sensible?
■ ¿Cómo puedo hacer que mi conciencia sea más sensible?
■ Señor, no quiero que mi conciencia se vuelva insensible al pecado. Mantén
mi corazón abierto a Ti.