Justo antes de empezar un nuevo semestre, cuatro amigos universitarios subieron a un auto para ir a Chicago a divertirse. En el camino, en una carretera de dos vías de una pequeña ciudad, el auto se deslizó y se le atravesó a un tractor con remolque. Uno de los muchachos, que cursaba el último año de la universidad, murió. Otro chico y una chica sufrieron daño cerebral grave y permanente. El cuarto chico, también en último año, fue el único que pudo asistir a la graduación.
Nueve meses más tarde, una amiga cercana del que murió dijo: «Muchas personas cambiaron después de este acontecimiento, aunque no fue lógico. Muchas personas se pusieron a pensar en lo que realmente importa en la vida. Mucha gente se puso de rodillas a orar.»
El capellán de la escuela comentó: «He aprendido mucho de la vida a través de esta experiencia. Todos somos más fuertes por haberle hecho frente.»
La tragedia y la muerte de aquellos a quienes amamos nos obligan a enfrentar duras realidades. Nadie hubiera querido que sucediera el accidente. Pero puesto que sucedió, muchos estudiantes universitarios y padres han podido apreciar mejor la vida.
Podríamos muy bien concluir que si queremos entender mejor de lo que se trata la vida, tenemos que ir a un funeral. De hecho, si se nos da la opción de ir a una fiesta o a un funeral, seríamos sabios si escogiéramos el funeral.
Eso no es ser morboso. No significa que no debamos disfrutar la vida al máximo. Pero sí significa que necesitamos tener en cuenta siempre de lo que se trata la vida.
Un hombre sabio concluyó una vez: «Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete, porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo tendrá presente en su corazón» (Eclesiastés 7:2). Esas son las palabras del rey Salomón, quien durante muchos años perdió su tiempo en fiestas, buscando el placer sexual y el poder, acumulando riquezas y participando en otras actividades egoístas. Pero luego se le abrieron los ojos en cuanto a cuáles son los asuntos clave de la vida.
¿Has asistido a algún funeral últimamente? —KD
R E F L E X I Ó N
■ ¿He asistido a algún funeral últimamente? ¿Qué impacto causó en mi manera
de pensar?
■ ¿Refleja mi vida un profundo conocimiento de lo que Dios dice que es más
importante? ¿O tengo que hacer algunos cambios?