Los libros para niños Las crónicas de Narnia, de C. S. Lewis, simbolizan la verdad cristiana. En El príncipe Caspian, el autor narra la historia de un tirano que usurpó el trono de la tierra encantada de Narnia. Su sobrino menor, el príncipe Caspian, oye sobre el gran rey de Narnia quien había muerto y resucitado para destruir el poder del mal. Su tío descarta el relato porque lo considera un cuento de hadas. Sin embargo, más tarde, el muchacho descubre que la antigua historia es real.
Lewis intentó ilustrar la idea de que los escépticos suelen despreciar la antigua historia de Cristo y considerarla un mito. Pero, al igual que los eruditos bíblicos actuales, estaba convencido de que las pruebas históricas confirman la autenticidad del registro de la vida sobrenatural de Jesús. Sir Frederic Kenyon, ex director del Museo Británico, tenía la misma convicción sobre la confiabilidad de la Biblia. Al respecto, escribió: «Tanto la autenticidad como la integridad general de los libros del Nuevo Testamento pueden considerarse […] comprobadas».
Los apóstoles tenían la misma fe en el historial de Jesús: «… No os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad» (2 Pedro 1:16).
Podemos estar seguros de que el relato bíblico del Rey de reyes es un registro histórico verídico.