Durante años, las empresas han estado poniendo sus nombres y sus logos en artículos para regalar. Los calendarios, los llaveros y los bolígrafos eran los que más se usaban. Luego llegaron las gorras de béisbol, las camisetas y los discos voladores. Ahora son las almohadillas para los ratones de computadora. Con
millones de PC en uso, ¿qué mejor lugar para captar la atención de clientes potenciales día tras día?
Un hombre hasta diseñó una almohadilla que tiene forma de cuchilla rotatoria de sierra con 22 púas para promocionar el producto de su compañía. «La gente recibe millones de bolígrafos y almohadillas —dijo—. Estábamos buscando algo que tuviera un poder duradero.»
Poder duradero. Los anunciantes saben que la repetición es la clave para fijar un producto en la mente de la gente. Uno no lo ve una sola vez, sino una y otra vez.
Aunque los anuncios a menudo se valen de ofertas y de trucos para captar la atención de la gente, el método de Dios de correr la voz acerca de su amor y su salvación siempre ha sido la gente, la gente ordinaria, como tú y como yo.
Míralo de esta manera. Cuando recibimos a Jesucristo como Salvador y Señor, Dios pone su nombre en nosotros. Nos convertimos en portadores de su identidad en todo lo que decimos y hacemos. ¿Abrumador? Ya lo creo. ¿Algo
que va más allá de nuestra capacidad? Definitivamente. Todo sucede debido al poder de Dios.
Segunda de Corintios 4:5 da la clave para un testimonio que tenga un impacto
duradero: «No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús.» Y eso hay que hacerlo día tras día, en situaciones difíciles, con personas difíciles. Llevamos con amor el nombre del
Señor ante los ojos de los demás.
Si ese testimonio fuera fácil, Pablo no habría hablado de desmayar (v.1).
Si fuera humanamente posible, no habría hablado acerca del poder de Dios (v.7).
Si fuera inútil, no lo hubiera mencionado en absoluto.
Cuando estudies el pasaje bíblico para hoy, pídele a Dios una nueva comprensión de lo que significa llevar su nombre. —DM
R E F L E X I Ó N
■ ¿Qué me impide desmayar en mi testimonio para Cristo?
■ ¿De qué manera he visto el poder de Dios obrando a través de mí en los
últimos días?
■ ¿Quién necesita ver una demostración del amor de Dios a través de mí hoy?