Hemos visto documentales de televisión, leído biografías y estudiado libros de texto que cuentan las historias de los hombres y mujeres que moldearon la
cultura occidental a través del arte, la música, la literatura y la ciencia.
Sin embargo, los libros de texto y las películas ignoran un segmento vital de esa contribución. Muchas de esas brillantes personas eran creyentes en Cristo, y esa creencia contribuyó a nuestra herencia cultural a través de su trabajo.
Pensé que tal vez fuera bueno identificar algunos de estos creyentes. Empecemos por los artistas. Pocas personas saben que Vincent Van Gogh, el pintor más famoso de Holanda, tenía una profunda fe en Cristo. Al ver que no podía ser pastor, se fue a vivir con unos mineros de carbón muy pobres y se convirtió en pastor de ellos. Recurrió a la pintura sólo después de que su mente
se inestabilizó.
Rembrandt, su pintor colega, también holandés, era un creyente devoto.
El poeta inglés Samuel Coleridge es adorado por la cultura de las drogas porque a menudo escribía mientras fumaba opio. Sin embargo, raras veces se señala que terminó con su adicción mediante el poder de Jesucristo.
Bach y Handel, los grandes compositores, eran creyentes; todo el mundo sabe eso. Pero también lo era Vivaldi, a quien llamaban «el sacerdote rojo» debido a su resplandeciente cabello rojo. Y Dvorak era creyente. Mendelssohn, de herencia judía, también era seguidor de Cristo.
Si has leído los cuadernos de algunos de los grandes científicos, tales como Sir
Isaac Newton, Kepler, Copernico y Blaise Pascal, habrás encontrado que están
salpicados de alabanzas a Dios.
Como personas de la cultura occidental, vivimos de la manera en que vivimos
debido a las contribuciones de grandes personajes. Muchos de ellos eran creyentes, y sus creencias han contribuido a moldear nuestras vidas.
Algunos piensan que el cristianismo es sólo para tontos ingenuos. Pero la fe en
Cristo ha satisfecho a algunas de las mentes más brillantes que el mundo ha
conocido. Y referirse a su fe es una gran manera de testificar. —DE
R E F L E X I Ó N
■ ¿Por qué creo que los analistas de nuestra herencia cultural ignoran la fe de
algunos de sus más brillantes contribuyentes?
■ ¿Cómo pudieron los creyentes de la casa de César (Filipenses 4:22) haber
influenciado la historia de Roma?