Podemos aprender mucho de nuestros amigos judíos. Por ejemplo, ¿has considerado alguna vez el esfuerzo que tenían que hacer las mujeres para preparar a sus familias para la Pascua, tal como se detalla en Éxodo 12? Por un lado tenían que hacer un examen exhaustivo de la cocina y asegurarse de eliminar cualquier cosa que tuviera levadura.
Todavía hoy, cuando las familias judías observan ese tiempo especial llamado Pascua, primero tienen que cerciorarse de que no haya nada de levadura. Todos los alimentos con levadura, llamados hametz, o bien se comen antes de que empiece la Pascua, o se les regalan a los vecinos y amigos no judíos. En Éxodo 12:15, al pueblo de Israel se le dijo: «… haréis desaparecer toda levadura de vuestras casas, porque cualquiera que coma algo leudado desde el primer día hasta el séptimo, será eliminado de Israel.»
En las Escrituras la levadura es a menudo símbolo de pecado y corrupción. Jesús mismo se refirió a la «levadura» de los fariseos, los saduceos y los herodianos, hablando obviamente de su corrupción (Mateo 16:6; Marcos 8:15). Además, Lucas 12:1 usa la palabra para referirse a la hipocresía de los fariseos.
Simbólicamente, las familias judías estaban recordando la apresurada partida de los israelitas de Egipto cuando Moisés obtuvo su liberación (y las mujeres no tuvieron tiempo de poner levadura a su masa). Pero además limpiaban sus casas de la impureza simbólica.
Eso es lo que podemos aprender de la Pascua. Tenemos que hacer en la realidad lo que los judíos hacen simbólicamente. Tenemos que limpiar nuestros cuartos o nuestros hogares de cualquier cosa que sugiera pecado. Si queremos agradar a Dios debemos practicar la «vida sin levadura» asegurándonos de no permitir que haya artículos en nuestra casa que nos lleven al pecado.
¿Hay levadura en nuestras revistas? ¿En nuestros videos? ¿En nuestros libros?¿Hay algo en nuestro closet o gavetas que sabemos sea implemento de pecado?Vivamos una vida sin levadura, no sólo durante 7 días del año, sino todo eltiempo. Deshagámonos de nuestros hametz, es decir, cualquier cosa que tengaaunque sea rastros de pecado. —DBREF