Sandy había contestado el llamamiento de Cristo de entrar al servicio misionero, por lo que se inscribió en el instituto bíblico. Pero como a mitad del segundo año empezó a tener dudas. Le iba bien en sus clases, pero se preguntaba si estaría haciendo lo correcto. Había muchachos interesados en ella que no tenían ningún interés en las misiones. Ella comenzó a ver que la obra
misionera sería bien difícil. Y empezó a pensar en las cosas de las que tendría que prescindir si se iba de los Estados Unidos. Se preguntaba si verdaderamente habría sido la voz de Dios a la que respondió cuando estaba en la escuela intermedia.
Sandy no es la única seguidora de Cristo que ha tenido dudas. A Pedro también le pasó, como habrás notado en la lectura bíblica para hoy. Había salido en una barca en el mar de Galilea en medio de una fuerte tormenta. De repente apareció Jesús caminando sobre las aguas. Él ordenó: «No temáis» Y a Pedro le dijo: «Ven» (v.29). Pedro salió de la barca y comenzó a andar sobre las aguas, igual que Jesús. Pero el poderoso viento y las altas olas lo hicieron dudar. Cuando se vino a dar cuenta se estaba hundiendo.
Cuando Pedro dejó la barca para seguir a Jesús no se fijó en el viento ni en las olas. Y cuando Sandy le dijo al Señor por primera vez que sería misionera, no pensó en los obstáculos. Luego vinieron las dudas. Jesús rescató a Pedro. Y Sandy, después de varias semanas de lucha, rededicó su vida a Cristo. Siguió
adelante para convertirse en una eficaz misionera en Kenya.
¿Y tú? Ahora que entiendes mejor lo que significa seguir a Cristo, ¿tienes dudas?
Pídele al Espíritu Santo que te renueve y te dirija. Lucha hasta que venzas. Luego, cuando sepas la voluntad de Dios y la hagas, Él se ocupará de tus dudas. —DE
R E F L E X I Ó N
■ ¿Qué cosas me hacen dudar sobre seguir al Señor Jesús?
■ ¿Hay algo que sé debía estar haciendo para Cristo y que haya dejado de hacer
por las dudas? ¿Cómo puedo empezar de nuevo?