Jesús enseñó que el mundo, visto desde la perspectiva de Dios, se inclina a favor de los oprimidos. Esta enseñanza aparece en el Sermón del Monte y en otras declaraciones del Señor: los primeros serán postreros (Mateo19:30; Marcos 10:31; Lucas 13:30), y el que se humilla será enaltecido (Lucas 14:11: 18:14). Pero ¿por qué escogería Dios a los oprimidos para brindarles una atención especial?

1. El sufrimiento nos ayuda a darnos cuenta de nuestra imperiosa necesidad de redención.

2. El sufrimiento nos ayuda a experimentar nuestra dependencia de Dios e interdependencia con otras personas.

3. El sufrimiento nos ayuda a distinguir entre las necesidades y los lujos.

4. El sufrimiento nos ayuda a responder al llamado del evangelio, porque podemos desesperarnos tanto que clamamos a Dios.

Los pobres, los hambrientos, los que lloran y los que sufren son bendecidos (Mateo 5:3-6) porque diariamente perciben su falta de autosuficiencia. Deben recurrir a alguien que los fortalezca. Las personas ricas, exitosas y hermosas quizá vivan toda su vida dependiendo de sus talentos naturales; sin embargo, es más probable que los necesitados, los dependientes y los insatisfechos reciban el regalo del amor de Dios.

«Bienaventurados los pobres en espíritu». ¿Por qué? Porque «de ellos es el reino de los cielos» (Mateo 5:3).