Era sólo un pequeña coma. Nada grave, ¿verdad? Sí, es cierto que los profesores de composición se enojan cuando las comas no aparecen donde deben aparecer, o cuando aparecen donde no tienen que estar. Pero todo el mundo sabe lo quisquillosos que son los profesores de español, ¿verdad? O sea, ¿qué daño puede causar una coma?
¡Mucho! Al menos eso fue lo que descubrió la gente de Lockheed Martin. Y les costó muchos billetes.
Parece que firmaron un contrato con un cliente internacional que les iba a suministrar piezas para sus aviones Hércules C-130J. Cuando redactaron el acuerdo para ajustar el precio de venta debido a los cambios en la tasa de inflación, alguien puso una coma en el lugar equivocado. Al caer inesperadamente la tasa de inflación, el cliente insistió en que Lockheed cumpliera el acuerdo y pagara conforme a la cantidad errada.
«Esa coma le costó a Lockheed 70 millones de dólares» —dijo James Blackwell, presidente de Lockheed Aeronautics.
De la misma forma, las cosas pequeñas que se descuidan o se ignoran pueden terminar costando mucho al hijo de Dios. Es por eso que el apóstol Pedro nos ordenó deshacernos de toda malicia y todo engaño (1 Pedro 2:1). No de la mayor parte de ellos, sino de todos. Ese pequeño engaño, ese acto menor de maldad, puede hacer un daño tremendo a alguien, o a la causa de Cristo, y echarte a perder las cosas.
Con la ayuda del Señor, presta atención a los pecados pequeños así como a los
grandes. El que sean pequeños no quiere decir que no sean peligrosos, ni tampoco que Dios los ignore. Tal vez no te cueste 70 millones de dólares, pero el daño espiritual que tú causes podría ser muchísimo peor. —DE
R E F L E X I Ó N
■ ¿Presto atención a los detalles? ¿O tiendo a ser casual acerca de las cosas
menores y que no tienen relativamente mucha importancia?
■ ¿Qué me puede ayudar a prestar más atención a las facetas menores de mi
vida?
■ ¿Qué apoyo encuentro en Hebreos 12:1-3 para prestar atención a las cosas
pequeñas?