Según un experimento realizado en la Universidad de Chicago, la gente tiende a recordar más las imágenes negativas. Aunque declaran que quieren alejarse del aluvión de noticias malas que transmiten los medios de comunicación, este estudio indica que sus mentes son atraídas hacia este tipo de historias.
A Katherine Hankey (1834–1911) le interesaba más la «buena noticia». Deseaba profundamente que las mujeres jóvenes conocieran a Cristo. En 1866, se enfermó gravemente. Mientras yacía en cama, pensaba en aquellas a quienes les había compartido la historia de la redención en Jesús, y deseaba que alguien la visitara y la consolara con «la antigua historia». Entonces, escribió la poesía que luego se convirtió en un himno:
Nunca nos cansamos de escuchar la historia que nos dice que Dios, en Su gran amor, envió a Su único Hijo a esta tierra (Juan 3:16). Jesús vivió una vida perfecta, cargó nuestro pecado al morir en la cruz y, tres días después, resucitó (Lucas 23:44–24:3). Al aceptarlo como Salvador, recibimos vida eterna y nos convertimos en hijos de Dios (Juan 1:12).
Cuenta la antigua historia de Jesús y de Su amor. Se necesitan buenas noticias.