Uno de los grandes privilegios de trabajar en el Instituto Bíblico Moody era oír relatos de graduados de esa institución que habían impactado al mundo con el mensaje de Cristo. Sus historias de sacrificio, perseverancia y pasión por el evangelio eran estimulantes.
A fines del siglo xix, Mary McLeod Bethune estudió en este instituto en Chicago durante dos años, capacitándose para ir como misionera a África. Sin embargo, después de graduarse, por ser una mujer afroamericana, ninguna organización le daba la oportunidad de servir en el campo misionero. Aunque no pudo cumplir su sueño de ir a África, no abandonó su llamado a servir a Jesús. Sin intimidarse, comenzó una pequeña escuela en Florida, Estados Unidos, para niñas afroamericanas, que finalmente llegó a ser el Bethune-Cookman College. Esta mujer se convirtió en una influencia poderosa para cambiar la condición social de las mujeres.
El legado de María fue forjado por su determinación de servir a Jesús a pesar de que sus sueños se hubiesen hecho pedazos. Ella sabía que Dios le había confiado «el ministerio de la reconciliación» (2 Corintios 5:18), y no se rendiría.
Este mandato no fue sólo para Mary McLeod Bethune. Contarles a las personas que pueden reconciliarse con Dios por medio de Cristo es un llamado que se nos hace a todos. Busca hoy mismo una manera de marcar una diferencia que lleve a los demás a Jesús… ¡allí donde estás!