La lectura bíblica de Lucas 18 que habla acerca de los niños parecía rara en el servicio fúnebre de David Holquist. Después de todo, tenía 77 años cuando murió.

Sin embargo, el pastor dijo que los versículos se aplicaban perfectamente a David, que había sido profesor en una escuela durante muchos años. Parte de su legado era haber dedicado tiempo a los niños, tanto a los suyos como a los de otras personas, ya que hacía marionetas y siluetas de animales con globos inflados con aire. Cuando se reunía con otras personas para planificar actividades de la iglesia, solía preguntar: «¿Y qué hacemos con los niños?». Se ocupaba de cosas que no sólo ayudaban a los adultos a adorar a Dios, sino también a los chicos.

Lucas 18 nos muestra cuánto le interesaban los niños a Jesús. Cuando la gente los llevaba cerca de Él, los discípulos querían proteger al Señor, un hombre ocupado, del asedio de esas personitas molestas. Pero, al parecer, a Él no le molestaban en absoluto. Al contrario. La Biblia dice que Jesús «se indignó» con los discípulos y dijo: «Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis» (v. 16). Marcos agrega que el Señor los tomaba en Sus brazos y los bendecía (10:14-16).

Examinemos nuestra actitud hacia los niños y luego sigamos el ejemplo de David Holquist. Busca algunas maneras de ayudarlos a acercarse a Jesús.