Ala joven mujer la acababan de llevar de urgencia al hospital después de haber sufrido un terrible accidente. Había perdido mucha sangre de una arteria que
se le había roto, y estaba blanca como una tiza. Estaba inconsciente y su respiración y pulso eran imperceptibles. Todo parecía indicar que estaba muerta.
Una enfermera llegó corriendo con un paquete de sangre en la mano. Con mucho cuidado insertó una aguja en la vena de la mujer y empezó a fluir la sangre.
Luego sucedió lo más increíble. Primero, se le sintió el pulso ligeramente. La botella de sangre se vació y la reemplazaron con otra inmediatamente. Luego, en las mejillas de la mujer apareció una sombra rosadita pálida. Se le escuchó jadear ligeramente. Sus labios empezaron a enrojecer y las mejillas se le pusieron más rojas. Pestañeó varias veces y luego abrió los ojos. Al ratito preguntó qué había sucedido y dónde estaba.
Después de estar tan cerca de la muerte recuperó el conocimiento completamente y estaba alerta porque recibió la sangre que da vida y que necesitaba.
Es una imagen de nosotros. Igual que esa mujer, nosotros también teníamos una vez una gran necesidad. Estábamos separados de Dios a causa de nuestro pecado, y sin un sacrificio (Levítico 17:11), estaríamos separados de Él por toda la eternidad.
Gracias a Dios, Jesucristo llegó a ser sacrificio por nuestro pecado, dando su vida para pagar la pena por nuestras transgresiones. Por medio del derramamiento de su sangre en su muerte en la cruz, somos limpios y perdonados y se nos da una vida nueva maravillosa que viene de lo alto (Hebreos 9:13,14; 1 Juan 1:7).
«Dé el regalo de la vida» es el eslogan de la Cruz Roja. Alguien dio, y aquella
mujer que se estaba muriendo se salvó. Jesús dio más que una pinta de sangre; dio su vida. Y por medio de su sacrificio, todos los que creen reciben la vida eterna que es rica, nueva, emocionante y viene de lo alto. —DE
R E F L E X I Ó N
■ ¿Me siento agradecido por la sangre de Cristo? ¿Doy gracias de que por su
sacrificio tengo nueva vida de lo alto?
■ ¿He confiado en Él para salvación? ¿Tengo la maravillosa vida eterna que Él
prometió a todos los que creen?
■ ¿Piensa la gente que estoy vivo y alegre? ¿O pálido y sin vida?