¿Cómo está tu pastor? Muy pocas personas están tan interesadas en ti como tu pastor. Él desea verte crecer en la fe.
Pero pregunté cómo está él. Sé que siempre parece que el pastor tiene todo bajo control y está muy confiado mientras predica o dirige el culto. Pero podría no ser así. Tal vez tenga sus luchas.
¿Qué tiempo hace que tu o tus amigos no le dicen a su pastor que lo apoyan y lo aprecian?
Los pastores reciben muchas críticas. La gente espera de ellos que sean una combinación de presidente de la compañía, animador público, psicólogo y diplomático.
Bill Hybels, pastor de una prestigiosa iglesia de Chicago, se presenta delante de su congregación una vez al mes para responder preguntas. La gente le puede
preguntar lo que quiera. Antes de una de esas reuniones dijo: «Cuando se paren a hacer sus preguntas, recuerden que los pastores también tienen sentimientos. Así que si me van a atacar, recuerden que mi corazón es tan frágil como el de ustedes.»
Hybels contó también de alguien que dejó implicado públicamente que la única razón por la que él era pastor de esa iglesia era por los beneficios que recibía y el prestigio que daba. No era cierto, claro, pero cuando lo escuchó, a este amoroso pastor le dolió mucho.
Es necesario que tengamos cuidado con la manera como tratamos a nuestro pastor. Él y su esposa son personas especiales, dotados por el Señor y llamados al ministerio. Necesitan nuestra comprensión, oraciones y apoyo.
Es especialmente alentador para él cuando algunos de los jóvenes de la iglesia
hacen un esfuerzo para levantarle el ánimo. Tú puedes desempeñar un papel clave asegurándote de que reciba apoyo y no crítica por el trabajo que hace.
Recuerda: los pastores también son personas. —DE
R E F L E X I Ó N
■ Ahora que pienso en mi pastor, ¿cómo le está yendo este año?
■ ¿Me consideraría la gente detractor o alentador de pastores?