¿Cuánta importancia debemos darles a las afirmaciones de que la Biblia está llena de contradicciones?

Muchos han escrito libros o patrocinado sitios de Internet donde explican que perdieron su fe luego de descubrir las evidentes incongruencias de la Palabra de Dios. Algunos han dedicado mucho tiempo a elaborar listas de aparentes discrepancias tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.

Algunas de estas colecciones de supuestas contradicciones pueden incluir declaraciones como las siguientes:

¿Cómo se puede creer en un Libro que se atreve a decir esto?:

  • Dios es uno (Deuteronomio 6:4); Dios es tres personas (Mateo 28:19).
  • No tenemos por qué temer a Dios (1 Samuel 12:20-22; 1 Juan 4:18). Debemos temer a Dios (1 Samuel 12:24-25).
  • La salvación es por fe, sin obras (Romanos 4:5). La salvación es por fe y por obras (Santiago 2:14).

Para algunos, ejemplos de este tipo demuestran que no se puede confiar en la Biblia, pero otros creen que esto mismo evidencia la sabiduría transformadora de la Palabra y consideran que los pares de opuestos citados hablan por sí mismos. En resumen, sugieren:

  • Dios es uno, formado por tres personas iguales y coeternas que comparten un perfecto conocimiento, amor y poder.
  • Un saludable temor de Dios nos acerca a Él en lugar de alejarnos.
  • Por fe, recibimos el regalo de la salvación. Las obras, producto del amor, demuestran la presencia de Dios en nuestras vidas.

En la Biblia abundan otros «estudios contrastivos». Como muchos han observado, las Escrituras presentan «verdades en tensión». Desde una determinada perspectiva, los hechos parecen contradictorios, pero desde otros ángulos, «los dos lados de la misma moneda» se complementan y se equilibran.

Colocados en el lugar justo, los aparentes «opuestos» de la Biblia nos brindan el equilibro y la simetría propios de la sabiduría. Sin embargo, si se exageran esos pares de verdades, pueden obtenerse resultados peligrosos.

Los grupos religiosos peligrosos enseñan doctrinas falsas cimentadas en medias verdades.

Los creyentes jóvenes tienden a poner demasiado énfasis en un aspecto de la verdad y excluir el otro.

Nuestras propias debilidades nos inclinan hacia el «lado de la moneda» que se adecua más al temperamento, los planes o la experiencia propios.

Las elecciones morales personales hacen que muchos busquen incongruencias en la Palabra, para intentar evitar su influencia moral.

En relación con el último comentario, John W. Haley, autor del Diccionario de dificultades y aparentes contradicciones bíblicas, resalta que «los hombres no rechazan la Biblia porque se contradice, sino porque los contradice a ellos».

Entonces, ¿qué hay detrás de las saludables tensiones y contrastes de las Escrituras?

1. Algunos contrastes reflejan tensiones del misterio divino.
El profeta Isaías escribe: «Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos —afirma el Señor—. Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!» (Isaías 55:8-9 NVI).

Quizá sea por esto que la Palabra puede enfatizar tanto el control de Dios como la libertad de la voluntad humana. Estos puntos opuestos sólo pueden reconciliarse en la mente de Dios.

2. Algunos contrastes se basan en principios irónicos.
Jesús dijo muchas cosas parecidas a «los primeros serán los postreros» (Mateo 19:30 RVR60), y que, en Su reino, los que deseen dirigir deben servir (Lucas 22:26). Con la debida explicación, lo que al principio suena contradictorio termina por brindar una profunda comprensión. Si deseamos encontrar vida, necesitamos morir a nuestros razonamientos naturales. Si queremos honores, primero tenemos que aprender a proceder con humildad.

3. Algunos contrastes reflejan las épocas y etapas de la vida.
Salomón dijo que «todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar; un tiempo para matar, y un tiempo para sanar; un tiempo para destruir, y un tiempo para construir» (Eclesiastés 3:1-3 NVI). Como resultado, la Biblia algunas veces aprueba y otras desaprueba asuntos serios como el homicidio, el casamiento, el divorcio o la esclavitud, dependiendo del momento, el propósito o la circunstancia.

4. Algunos contrastes surgen de diferencias de objetivo y de perspectiva.
Mateo, Marcos, Lucas y Juan brindan sus propios relatos de la vida de Jesús. Las maneras distintas de contar Su historia pueden considerarse un problema o una evidencia de su credibilidad. Las diferencias de perspectiva pueden estimarse contradicciones o visiones complementarias de testigos y de relatores sinceros.

La profunda unidad y la rica diversidad de los cuatro Evangelios es un distintivo en toda la Palabra. Por un lado, existe una notable unidad de perspectiva, evidente en el desarrollo del argumento de 66 libros, escritos por al menos 40 autores diferentes, durante un período de aproximadamente 1.500 años. Por otra parte, los mismos autores ofrecen aspectos variados que incitan a los críticos de las Escrituras, pero que, al mismo tiempo, ponen a prueba y nutren a los admiradores de ella.

Ambos puntos de vista son necesarios para comprender cómo la Biblia puede ser un libro tan controversial (y que aun así sobrevive a las críticas), al punto de ser llamada Santa, el Libro Santo, y continuar siendo el máximo best seller todos los tiempos.

Es cierto que algunos comenzaron creyendo en la Palabra, pero llegaron a la conclusión de que un libro inspirado no puede ser tan contradictorio. Otros intentaron probar que la Biblia estaba equivocada, pero ella misma los convenció de lo contrario. C. S. Lewis, ex ateo y erudito de Oxford, es un ejemplo. Terminó creyendo que el Jesús de las Escrituras no es mentiroso, lunático ni legendario, sino el verdadero Señor de la creación.

El resultado de tales perspectivas diferentes es que, en algún momento, cada uno debe decidir. Determinar si la Biblia concuerda con la vida y refleja nuestros pensamientos y sentimientos es algo que debemos hacer individualmente.

Sólo cuando hayamos escuchado personalmente «el llamado de la verdad» en la Palabra, podremos orar diciendo:

Padre celestial, ayuda a los que no están seguros de poder aceptar las Escrituras para descubrir en sus páginas la preciosa verdad de tu ofrecimiento de aceptarlos a ellos.