Advertencia: ¡tu profesor lo ve todo! Después que empecé a dar clases en la universidad, deseé haberme comportado mejor en mis años universitarios. Es increíble lo que puedes ver desde el frente de un salón de clases. Claro, siempre hay lo usual: estudiantes que duermen, se susurran unos a otros, se pasan notas. Algunos días verifico para ver si no hice un giro equivocado y me fui
sin querer a una escuela secundaria.
Pero eso no es todo. He visto estudiantes hacer tarea para otras clases, leer revistas, ¡e incluso escribir cartas! Sí, su conducta es grosera, pero no puedo ser el primero en tirar la piedra; yo solía ser igual de malo cuando estaba en la universidad… aunque nunca leí el periódico en la clase
de historia universal. Pero me hubiera gustado saber que mi profesor probablemente lo veía todo. Tal vez me hubiera portado mejor.
Aunque probablemente no, si mi actitud hacia Dios es un indicador. Él lo ve todo, pero eso no cambia mucho mi conducta. Sin duda alguna, Isaías era un profesor frustrado. Había enseñado a Israel pacientemente, pero el pueblo aprendía despacio. Tenía sus propias excusas (El rollo está sellado;
no sé leer, según Isaías 29:11,12). Pero su problema era falta de fe. Su creencia en Dios no afectaba su diario vivir.
Tal vez si Israel hubiera tenido una perspectiva distinta —si hubiera podido ver lo que Dios veía desde el cielo— podría haber cambiado sus actitudes y acciones. ¿Cómo es posible tal perspectiva? Mediante los ojos de la fe. Si realmente creemos que Dios nos conoce íntimamente, eso debería afectar nuestra conducta, pero no por un sentimiento de culpa. Cuando sabemos que Aquel que más nos ama está mirando, queremos complacerlo. Entonces, ¿qué te parece si tratas de agradar a ese profesor de química? Para empezar, deja en casa la revista de deportes.
R E F L E X I Ó N
■ ¿Qué es lo peor que he hecho en clase porque creía que el profesor no me estaba viendo?
■ ¿Cómo voy a vivir, sabiendo que Dios me ve en todo momento?
■ Señor, sé que tu mirada está sobre mí, no para atraparme haciendo algo malo, sino porque me amas. Ayúdame a hacer las cosas que demuestren que yo te amo.