Era una tarea simple, pero estaba más allá de mi capacidad. Uno de los artículos en la lista de alimentos era soja. El problema era que no sabía que clase de soja tenía en mente mi esposa Sue cuando hizo la lista. Después de buscar en los pasillos y preguntarle a un empleado que estaba acomodando latas de sopa, tomé una botella de salsa de soja, la coloqué en el carro y seguí buscando las demás cosas.
Sólo después de bajar las bolsas en casa descubrí que Sue no quería salsa, sino leche de soja, para nuestra nieta Eliana. Mi búsqueda fue sincera. Incluso pedí ayuda y, con toda confianza, tomé del estante lo que había elegido. Pero no me sirvió para nada, ni a mí ni a Eliana. Tenía el producto equivocado.
Lamentablemente, algunas personas deambulan por la tienda de alimentos de la vida con «cielo» en la lista, pero no obtienen lo que necesitan. A pesar de su sinceridad y de la ayuda provista por otras personas, toman algo que no los llevará al cielo porque encuentran «otro evangelio» (2 Corintios 11:4).
Jesús dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí» (Juan 14:6). Y Pedro declaró: «Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos» (Hechos 4:12). Confía en Jesús. No te conformes con el evangelio equivocado.