Para Su entrada triunfal en Jerusalén, Jesús escogió un burro como transporte real. Les indicó a los discípulos que dijeran: «El Señor lo necesita» (Marcos 11:3). ¿No es asombroso que el Hijo de Dios haya utilizado un medio tan insignificante para llevar a cabo Sus propósitos? Sobre este concepto, Alexander Maclaren comenta: «Cristo se acerca a nosotros de manera similar y deja de lado todas nuestras oportunas excusas. Él dice: “Te quiero a ti, y eso basta”».
¡Piénsalo! ¡El Creador del universo nos necesita y desea ubicarnos dentro de Su plan eterno! Aunque es todopoderoso e independiente de toda criatura, ha decidido llevar a cabo Sus planes mediante instrumentos humanos insignificantes. De no ser así, nos habría llevado al cielo tan pronto como fuimos salvos por Su gracia.
Alguien le preguntó a San Francisco de Asís cómo podía hacer tantas cosas. Él respondió: «Quizá esta sea la razón: El Señor miró desde el cielo hacia abajo y dijo: “¿Dónde puedo encontrar al hombre más débil y pequeño de la tierra?”. Después me vio y agregó: “Lo encontré. Obraré a través de él, y él no se enorgullecerá por eso, sino que verá que sólo lo utilizo porque es insignificante”».
¡Tal vez te consideres pequeño, pero Dios te necesita!