Diario UniversitarioCuando Elmer Booze sale al escenario para una función de un virtuoso del piano, nadie aplaude. Es porque él no es pianista de concierto, sino un volteador de páginas profesional.

Aunque tiene títulos de estudios en música de dos universidades, Elmer se ha conformado durante muchos años con sentarse a la sombra. En Washington, DC es fijo en el Centro Kennedy, la Galería de Arte Nacional, la Embajada de Canadá y la Biblioteca del Congreso. Ha volteado páginas en la Casa Blanca y en conciertos en Nueva York y Londres.

Muchos grandes pianistas dependen de personas como Elmer para tocar lo mejor que puedan. Y mientras los virtuosos se inclinan ante el aplauso de miles, los Elmers del mundo están dispuestos a sonreír, contentos con la parte que les tocó en la función.

En las oraciones de cierre de la carta de Pablo a los Romanos conocemos brevemente a otro hombre que trabajó tras bastidores (véase el v.22). Su nombre era Tercio, un secretario muy hábil que escribía mientras Pablo dictaba. Igual que Elmer, Tercio se contentaba con «voltear las páginas» (o en su caso, enrollar un rollo) para ayudar a otra persona.

Y yo me pregunto: ¿estarías tú o estaría yo dispuesto a ser un volteador de páginas? ¿Obtendríamos suficiente satisfacción por un trabajo bien hecho aun si no recibiéramos ningún reconocimiento? ¿Pondríamos lo mejor de nuestra parte si toda la gloria fuera para otra persona y no para nosotros?

Pocos de nosotros podemos ser solistas, actores principales, presidentes del comité o presidentes de una clase. La mayoría de nosotros trabaja tras bastidores y observa a otras personas recibir el aplauso.

El asunto es el siguiente: ¿vamos a tener resentimiento por la falta de reconocimiento y a ponernos celosos de la persona que recibe toda la atención? ¿O podremos «servirnos por amor los unos a los otros» porque a la larga procuramos glorificar a Cristo?  —KD

REFLEXIÓN

■ ¿Recibo mucho reconocimiento por mi trabajo? ¿Me gustaría recibir más?

■ ¿Qué siento por las personas que reciben la mayor atención? ¿Me alegro? ¿Las envidio? ¿Las aborrezco secretamente?

■ ¿Cómo puedo servir a alguien «por amor» hoy, especialmente si eso significa que no voy a recibir reconocimiento alguno?