Si alguien te preguntara, «¿quién eres?», supongo que le contarías un poco de ti y de lo que haces. Por ejemplo: «Soy electricista» o «soy enfermera». Sin embargo, eso no es lo que realmente eres, sino lo que haces. Lo cual lleva a preguntar: «Si lo que haces es lo que eres, ¿quién serás cuando dejes de hacer lo que haces?».
Quién eres surge de tu relación con Jesús, y este sentimiento de identidad determinará tu conducta. Toma, por ejemplo, a Mateo. Como recaudador de impuestos durante el gobierno del Imperio Romano, su vida estaba motivada por la codicia. Sin embargo, el día que Jesús apareció y lo invitó a seguirle, todo cambió (Mateo 9:9). De pronto, ¡Mateo tuvo una identidad completamente nueva, como seguidor de Cristo! Y no fue el único. En Mateo 4:18-25, también leemos acerca de cuatro pescadores: Pedro, Andrés, Jacobo y Juan, que dejaron sus redes para seguirlo.
Jesús es una persona convincente y todavía sigue buscando seguidores. Él desea hacer algo en tu vida al darte la identidad personal de seguidor de Cristo. Esto no significa abandonar tu profesión, sino que harás tu trabajo, y todas las demás cosas de la vida, según Su voluntad y Sus métodos.
Así que, la próxima vez que alguien te pregunte, «¿quién eres?», espero que respondas: «¡Soy seguidor de Jesús!».