La respuesta a esta pregunta la sugiere la palabra griega que se traduce «bautizar» en la Biblia: baptizo. Este término griego significa «zambullir» o «sumergir». A juzgar por las figuras del lenguaje de Romanos 6:4 y Colosenses 2:12, el modo original de bautizar en la Iglesia apostólica probablemente fuera la inmersión.

Por tanto, hemos sido sepultados con Él por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. Porque si hemos sido unidos a Él en la semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de su resurrección, sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Él, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado (Romanos 6:4-6).

En Él también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión de Cristo; habiendo sido sepultados con Él en el bautismo, en el cual también habéis resucitado con Él por la fe en la acción del poder de Dios, que le resucitó de entre los muertos (Colosenses 2:11-12).

Sin duda alguna, el significado espiritual del bautismo como se describe en estos pasajes se ilustra mejor por medio del simbolismo de la inmersión. Esto es reconocido por los teólogos prominentes y que no son bautistas 1  y por los historiadores de la Iglesia 2 .

Si a mí no me bautizaron por inmersión, ¿tengo que bautizarme de nuevo?

Creemos que la norma bíblica es el bautismo por inmersión en la edad adulta. El bautismo por inmersión en los adultos es un acto simbólico importante de identificación con Cristo. Sin embargo, puesto que la salvación es por gracia por medio de la fe en Cristo, no es absolutamente necesario que usted se bautice de adulto. Tampoco es absolutamente necesario que a usted lo bauticen por inmersión. (Véase «Bautismo y salvación»).

Al final usted debe seguir su propia conciencia en este asunto. La mayoría de las parejas que conviven sin estar casadas, después de convertirse en seguidores de Cristo desean profesar su compromiso mutuo en una ceremonia pública a pesar de que se podrían considerar ya casados «legalmente». De la misma forma, mucha gente decide que debe demostrar voluntariamente su unión simbólica con Cristo a través del bautismo por inmersión (Hechos 9:18-19; Hechos 22:16; Romanos 6:1-11), incluso si ya han sido bautizados de niños o por otro método de bautismo.

Escrito por: Dan Vander Lugt


 

  1. A pesar de que era un teólogo reformado en una tradición que practica el bautismo de infantes, Karl Barth escribió:»La palabra griega baptizo y la palabra alemana Taufen (de Tiefe, «profundidad»), describen de manera original y debida el proceso por el cual un hombre u objeto se sumerge completamente en agua y luego sale otra vez. El bautismo primitivo llevado a cabo de esta forma tenía su método, exactamente como la circuncisión del Antiguo Testamento, [«en»?] el carácter de una amenaza directa contra la vida, seguida inmediatamente de la correspondiente liberación y preservación, el levantamiento del bautismo. Es prácticamente imposible que el bautismo hecho por inmersión, como se hacía en Occidente hasta bien entrada la Edad Media, mostrara lo que representaba de una manera mucho más expresiva que la infusión, la cual se hizo costumbre más tarde, sobre todo cuando esta infusión se redujo de una verdadera mojadura a una rociadura, y posteriormente en la práctica a puro humedecimiento con la menor cantidad de agua posible.… ¿Es que la última palabra en el asunto ha de ser que la facilidad de administración, la salud y la propiedad son razones importantes para hacerlo de otra forma (es decir, para administrar el bautismo de una forma distinta a la original]? El bautismo simboliza vivamente nuestra identificación con Jesucristo en su muerte, sepultura y resurrección» (Teaching, pp.9-10) [Este documento se conoce en español como La Didaqué. N. del T.]
  2. «En cuanto al método del bautismo, es probable que la forma original fuera por inmersión, total o parcial. Eso está implicado en Romanos 6:4 y Colosenses 2:12. Los dibujos de las catacumbas parecen indicar que la sumersión no siempre era completa. La evidencia temprana más completa es la de La Didaqué:

    Bautizad en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo en agua viva (corriente). Pero si no tenéis agua viva, entonces bautizad en otra agua; y si no podéis hacerlo en fría, entonces en tibia. Pero si no tenéis ninguna, entonces echad agua sobre la cabeza tres veces en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

    Por tanto, la infusión era una forma de bautismo reconocida. Cipriano la sostenía cordialmente. La inmersión continuó siendo la práctica prevaleciente hasta la Edad Media en Occidente; en Oriente, todavía permanece. La Didaqué y Justino muestran que el ayuno como expresión de creencia, junto con un acuerdo a vivir la vida cristiana, eran requisitos previos necesarios.

    Para la época de Tertuliano se había elaborado un ritual complicado. La ceremonia empezaba con una renuncia formal al diablo y a todas sus obras por parte del candidato. Luego le seguía una inmersión triple. Al salir de la fuente, la persona que se acababa de bautizar probaba una mezcla de leche y miel como simbolismo de su condición como bebé nacido de nuevo en Cristo. Además, a eso le seguía una unción con aceite y la imposición de manos del que bautizada como muestra del recibimiento del Espíritu Santo.» (Williston Walker, A History of the Christian Church, p. 96).