Sí, es posible que Dios esté usando el apoyo de Occidente para lograr su voluntad para Israel. Pero debemos tener cuidado de no dar demasiada importancia a esa posibilidad. Dios va a restaurar a Israel en Su propio tiempo y a Su manera. Sin embargo, Su ira caerá sobre cualquier intento de restauración que no se conforme a sus normas de justicia. Considere lo que Dios dijo a la antigua Israel cuando estaba confiando en Egipto para que la ayudara y no en Dios:
¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda! En los caballos buscan apoyo, y confían en los carros porque son muchos, y en los jinetes porque son muy fuertes, pero no miran al Santo de Israel, ni buscan al SEÑOR.
Pero El también es sabio y traerá el mal, y no se retractará de sus palabras; sino que se levantará contra la casa de los malhechores y contra la ayuda de los que obran iniquidad.
Pues los egipcios son hombres, y no Dios, y sus caballos son carne, y no espíritu; el SEÑOR, pues, extenderá su mano, y el que ayuda tropezará, y el que recibe ayuda caerá; todos ellos a una perecerán. (Isaías 31:1-3).
Este pasaje nos dice específicamente que Dios «se levantará … contra la ayuda de los que obran iniquidad». Si una nación es tan necia como para apoyar a Israel o a los palestinos en sus malas obras, Dios la juzgará. Dios usa tanto los esfuerzos puros de la humanidad como los mal aconsejados para lograr Su voluntad. No obstante, Él va a hacer a las naciones responsables de sus pecados. Esto significa que las naciones occidentales deben procurar la justicia tanto para los israelíes como para los palestinos, y no tratar de justificar la injusticia ni la violencia negligente de ninguno de los dos.
Escrito por: Dan Vander Lugt