La iglesia primitiva no era dogmática en cuanto a la secuencia del tiempo de los acontecimientos del fin. Esto debería impedir que seamos tan dogmáticos en nuestra interpretación de la profecía bíblica de los tiempos del fin que nos haga, o bien despreciar a los cristianos que no comparten nuestro punto de vista, o hacer de su perspectiva del rapto una prueba para saber si tenemos comunión con ellos o no. Teniendo en cuenta la necesidad de apremio y tolerancia sobre este tema, explicaremos por qué creemos que el rapto tendrá lugar antes de la tribulación.

El principal apoyo para el rapto pre-tribulacionista es la clara evidencia bíblica de la inminencia del regreso de Cristo -la evidencia de que el regreso del Señor ocurrirá sin advertencia (Mateo 24:36-39,43,45-51;25:13)- junto con la interpretación más razonable de 2 Tesalonicenses 2:1-12.

La creencia en la inminencia del regreso de Cristo implica que el rapto ocurrirá antes del tiempo de la gran tribulación mencionado en Mateo 24:2, 2 Tesalonicenses 2:3 y Apocalipsis 17:14. Si el regreso del Señor ha de ser verdaderamente inminente (sin advertencia), ocurrirá antes de este tiempo de tribulación. Considere que si los acontecimientos descritos en estas páginas empezaran a ocurrir -trayendo, entre otras cosas, los primeros 3 1/2 años del reinado del Anticristo-, los creyentes se darían cuenta de que están en los últimos días y no habría ningún elemento de sorpresa. Si se descartara la sorpresa, diríamos que el regreso del Señor serán pronto, pero no inminente.

Segunda de Tesalonicenses 2:1-12, el cual habla de la revelación del Anticristo, debe entenderse a la luz de la siguiente declaración: “… aquel que por ahora lo detiene, lo hará hasta que él mismo sea quitado de en medio. Y entonces será revelado ese inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida” (2 Tesalonicenses 2:7-8).

Es nuestro punto de vista que “el que lo detiene” es el Espíritu Santo obrando a través de la Iglesia de Jesucristo. Por tanto, creemos que el Anticristo no se revelará abiertamente hasta que la Iglesia sea tomada en el rapto y quede eliminada su influencia de ser “sal” y “luz”. (Es importante darse cuenta de que el Espíritu Santo continuará obrando entre la gente que viva en la tierra incluso después de haber quitado a la Iglesia. Sin embargo, el Espíritu Santo no obrará a través del cuerpo de Cristo como lo hace hoy.)

Respetamos a todo el que tenga una firme autoridad escritural, incluyendo nuestros amigos cuyo estudio los ha llevado a sostener una perspectiva medio-tribulacionista o post-tribulacionista. Nuestro principal problema con sus puntos de vista es la eliminación de la posibilidad de un rapto verdaderamente inminente que puede ocurrir en cualquier momento.

Escrito por: Dan Vander Lugt