Si creemos que Dios creó un mundo perfecto y que Él es soberano, ¿de dónde vino el mal? Algunas personas creen que Su control soberano incluye la creación del mal, y basan su conclusión en las palabras de Isaías 45:7. En dicho versículo Dios dice, «…formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad.»

A fin de entender lo que Dios está diciendo a través del profeta Isaías, tenemos que estudiar las palabras usadas en el texto de Isaías 45:7. Las palabras hebreas a menudo tienen una amplia variedad de significados, dependiendo del contexto inmediato en el que se usan. La labor del traductor es seleccionar con precisión la mejor palabra en el idioma moderno al que está haciendo la traducción, la que sea más cercana al significado de la palabra usada en los manuscritos hebreos originales.

El hecho de que diferentes traducciones usen diferentes palabras para la palabra hebrea ra‘, y el hecho de que ra‘ se contraste con shalom, la palabra hebrea para paz, nos ayudan a establecer parámetros para el significado de ra‘. Una vez más, shalom es una palabra rica con amplio significado. Dependiendo del contexto, shalom se puede traducir como «paz», «bienestar», «beneficio», «prosperidad», «a salvo», «salud» y «pacífico». En Isaías 45:7 se hace evidente que diferentes traductores interpretaron el contexto de Isaías 45 de diferentes maneras. A continuación se comparan cinco diferentes traducciones.

… formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto (Reina Valera 1960).

Yo formo la luz y creo las tinieblas, hago la paz y creo la adversidad. Sólo yo, Jehová, soy el que hago todo esto (Reina Valera 1995).

Yo formo la luz y creo las tinieblas, traigo bienestar y creo calamidad; yo el SEÑOR, hago todas estas cosas (NVI).

Yo creo la luz y la oscuridad, produzco el bienestar y la desgracia. Yo el Señor, hago todas estas cosas (Versión Popular – Dios Habla Hoy).

… el que forma la luz y crea las tinieblas, el que causa bienestar y crea calamidades, yo soy el SEÑOR, el que hace todo esto (La Biblia de las Américas).

El término hebreo ra‘ tiene un amplio espectro de significados. Puede significar «maldad», «daño», «mal», «problema», «dolor», «herida abierta», «aflicción», «enfermedad», «adversidad», «doloroso», «grave» y «triste». De este modo, así como con la interpretación de cualquier palabra, es el contexto inmediato el que dicta el matiz exacto de la palabra a traducirse al español.

El hecho de que ra‘ se contraste con shalom, la palabra hebrea para paz, nos ayuda a establecer parámetros para el significado de ra‘. Shalom también es una palabra rica con amplio significado. Dependiendo del contexto se puede traducir como «paz», «bienestar», «beneficio», «prosperidad», «a salvo», «salud» y «pacífico».

El contexto de Isaías 45:7 es una profunda declaración de la soberanía total de Dios sobre los asuntos de los hombres. La sensacional revelación de que Ciro, el gobernante totalitario de Persia, había sido elegido por Él para que fuera «Su ungido» (Isaías 45:1), el libertador de la nación de Israel, fue algo espantoso para los lectores de Isaías. Esto es especialmente cierto dada la clara denuncia de Dios de la idolatría en el contexto inmediatamente anterior (Isaías 44:6-23). La ironía de este pasaje es que Dios revela cómo pretende usar a un dictador pagano e idólatra como Ciro para hacer regresar a Su pueblo Israel a la tierra de la que había sido sacado por Nabucodonosor, el déspota babilonio.

Resumiendo toda la gama de Su imponente carácter y de Sus caminos imprevisibles (véase también Isaías 55:8-9), Dios declara:

Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo, que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto. (Isaías 45:5-7).

Esta es la firma, a modo de exclamación, del único potentado soberano del universo: «¡Yo lo hice!» De comienzo a fin, de la luz a las tinieblas, de la prosperidad al desastre, todo es obra de Sus manos. Dios usa incluso las hazañas más malignas y perversas de este mundo para mostrar Su gloria y realizar Sus propósitos divinos. Eso es lo impresionante acerca de Dios. Sólo Él puede tomar las intenciones más malignas, perversas e interesadas y hacer salir lo bueno de ellas (véase también Romanos 8:28).

¿Crea Dios el mal? Claro que no. Si Él fuera el autor del mal, entonces ciertamente no sería un buen Dios digno de adoración y alabanza, y mucho menos un Dios en que confiaríamos que piensa en nuestro bienestar. La idea de un Dios bueno que crea a Su propio enemigo y al objeto de Su ira parece algo inconcebible. El que un Dios bueno fuera el cerebro de la idea del mal, que dispusiera su existencia, y que aún así se le considerara bueno no tendría coherencia alguna.

Más bien, Dios creó al hombre a Su imagen y con la libertad de elegir. Junto con esa libertad vino la oportunidad de rebelarse contra Él. El hombre se rebeló (Génesis 3) y el resto es historia. Los anales de la historia de la humanidad registran cómo Dios lo usa todo –incluso el caos de este mundo– para mostrar Su gloria y realizar Sus propósitos. Dichos propósitos incluyen nuestro crecimiento para llegar a ser más parecidos a Cristo.

¿ Cuál es el punto de Isaías 45:7? Dios nos revela Su carácter todopoderoso e imponente para que podamos descansar con la confianza que viene de saber que, incluso en los momentos más oscuros, desesperados y desalentadores de nuestra vida, Dios está haciendo algo bueno por nosotros todo el tiempo.

Escrito por: Tim Jackson