El concepto bíblico de la depravación humana no implica que la naturaleza humana sea todo lo mala que puede ser. Aunque muchas veces somos malos, podríamos ser mucho peores. A menudo la gente hace cosas buenas y generosas.
En vez de enseñar que todo aspecto de nuestra naturaleza y personalidad es todo lo malo que puede ser, la doctrina de la depravación enseña que toda nuestra naturaleza está manchada por el pecado original. Por tanto, aunque somos siempre potencialmente peores de lo que somos en la realidad, todo lo que tocamos está matizado por el pecado.
El Evangelical Dictionary Of Theology [Diccionario evangélico de teología] (Walter A. Elwell, Redactor) ofrece esta definición breve de la depravación:
En sentido positivo, depravación total significa que la corrupción se ha extendido a todos los aspectos de la naturaleza del hombre, a todo su ser; y la depravación total significa que debido a esa corrupción, no hay nada que el hombre pueda hacer para merecer el favor salvador de Dios.
Escrito por: Dan Vander Lugt