George Gershwin ha sido uno de los compositores más impresionantes del siglo XX. Capaz de crear piezas clásicas y modernas con una calidad fuera de lo normal fue galardonado con el Oscar por la música de la película “Un americano en París”, aunque una de sus obras más conocidas es “Rapsodia in blue”.

George no pudo desarrollar todo su talento porque falleció a los 39 años víctima de un tumor cerebral. Pasó casi toda su vida temiendo enfermedades que no llegaban o que él mismo se inventaba. Fue uno de los mayores genios de la música, pero le perdieron sus temores.

Alguien dijo un día que «El que teme sufrir, sufre de temor”. Nunca mejor dicho. Si siempre estamos temiendo lo que va a llegar, ese sufrimiento nos sobrepasa y es peor incluso que lo que pueda llegar en el futuro.

Tener miedo de tener miedo es una de las mayores ansiedades que ha inventado el ser humano, no tanto porque el miedo o el temor sean malos (¡a veces pueden llegar a salvarnos la vida, cuando somos capaces de reaccionar a tiempo¡) sino por el sufrimiento que aceptamos como propio mucho antes de que suceda lo que tememos.

Por otra parte, nuestros temores nos obligan también a vivir pensando sólo en nosotros mismos. Llegamos a creer que nadie sufre como nosotros. El más pequeño dolor en nuestra vida, aunque sea algo sin importancia, nos mantiene siempre más preocupados que los millones de personas que mueren en el mundo. Somos egoístas por naturaleza, pensamos siempre en nosotros mismos en primer lugar, en segundo lugar, en tercer lugar y muchas veces SIEMPRE. El “pocos saben por lo que estoy pasando” es muchas veces la tapadera de nuestra propia insensibilidad hacia otros.

Por último, déjame recordarte que de todos los miedos, el mayor sin ninguna duda es el miedo a morir. Gran parte de la humanidad vive esclavizada por ese miedo. Viven sin vivir, porque en cada momento cualquier cosa o persona o circunstancia tiene la capacidad para ser un enemigo. No importa para algunos lo que tengan, lo que son o la seguridad que otros vean en ellos, ese miedo siempre está ahí.

Esa es la razón por la que la gran mayoría de los médicos son muy malos pacientes: saben tanto de posibles enfermedades que creen que siempre puede ser la más terrible. Así vivimos, porque el miedo nos esclaviza.

Hay una gran noticia, la mejor que existe. Hay uno capaz de hacer algo increíble: “librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida”(*). El no sólo vence nuestro miedo, sino también la causa original, la muerte misma. ¿Recuerdas quién fue el único capaz de vencerla? La tumba del Salvador es la única que está vacía.


(*) Hebreos 2:15

Jaime Fernández es escritor, músico y director del programa «Nacer de Novo» (TVG)