Se menciona a Gedeón como uno de los héroes de la fe (Hebreos 11:32), y él «sacó el vellón de lana» no sólo una vez, ¡sino dos! Sin embargo, antes de seguir el ejemplo de Gedeón debemos estudiar más de cerca algunas de las circunstancias específicas en su caso, y luego considerar qué es lo que dicen otros pasajes bíblicos de buscar una señal de parte del Señor.

Considerando la naturaleza peligrosa y aterradora de las instrucciones del ángel, es fácil entender la debilidad de fe en Gedeón y su deseo de una mayor confirmación. Pero, aun cuando podemos identificarnos con sus temores, Gedeón mismo se dio cuenta de que estaba arriesgándose a la ira de Dios cuando pidió más señales (Jueces 6:39). A la luz del temor de Gedeón ante esta tarea aparentemente imposible, Dios, en Su gracia, le concedió las señales adicionales que solicitó. Sin embargo, esto no debe tomarse como una indicación de que Dios normalmente aprueba semejante método para confirmar Su voluntad (Santiago 1:5-8).

En otra parte de la Biblia, ésta advierte claramente contra la petición de tales señales. La ley misma del Antiguo Testamento prohibía poner a Dios a prueba (Deuteronomio 6:16), y Jesús confirmó este principio específico cuando fue tentado por Satanás en el desierto (Lucas 4:12). En 1 Corintios 10:9, el apóstol Pablo señaló las severas consecuencias que surgieron como resultado de semejante duda (Números 21:6), y Lucas describe cómo el padre de Juan el Bautista quedó mudo (Lucas 1:18-20) por dudar del mensaje de un ángel.

Naturalmente, es importante definir lo que quiere decir una persona cuando dice que «está sacando el vellón de lana». Si lo que quiere decir es que está estudiando cuidadosamente su situación en busca de las indicaciones generales para la guía de Dios, entonces está haciendo lo que debe hacer. Pero si está exigiendo, como Gedeón, que Dios le dé una guía inmediata imponiéndole que le dé una «señal» específica, entonces está poniendo a prueba a Dios de una manera que está prohibida.

Al igual que los hechiceros y ocultistas que tratan de controlar las fuerzas sobrenaturales a través de hechizos y encantamientos, puede que pensemos que podemos controlar a Dios con tales demandas. Pero nuestro Padre Celestial no tiene interés alguno en hacer que Su poder sobrenatural acceda a nuestros caprichos. El objetivo que Él tiene para nosotros es que lo conozcamos de manera personal, en una relación que se fundamente en la fe y dependa de ella (Proverbios 3:5-8).

Escrito por: Dan Vander Lugt