Cuando hablamos de los principios universales que gobiernan nuestro mundo, uno de los más defendidos en los últimos años es el Relativismo. “Nada es absoluto, todo es relativo” dicen algunos… Y esa es la base de su vida, su absoluto, y su manera de vivir.

¡Vaya contrasentido, porque si dices que no hay absolutos, ya estás defendiendo uno! Bueno, sin meternos en discusiones filosóficas, debemos decir que el «Todo es relativo» es una de las frases más escuchados en el día de hoy.

Ya en el año 1973, Billy Joel en su Lp «Sólo los buenos mueren jóvenes» era el pionero en algo que muchos otros han hecho posteriormente: Desacreditar la Iglesia, la cruz, la virginidad… según sus conceptos, todo es relativo, nada tiene valor total. Nada tiene validez para todos, todo se puede cambiar, relativizar y/o parodiar.

E incluso te llamarán inteligente si te sumas a la moda de que todo vale y, obviamente, te llamarán «de todo» (y si no lo crees, prueba a decir algo así en público) si mantienes principios absolutos.

  • Si todo es relativo, nadie sabe la razón por la que existen las cosas.
  • Si todo es relativo, no existe el no.
  • Y si todo es relativo, nos encontramos con que la capacidad de sacrificio es nula (nada merece la pena).

Uno puede defender los principios que quiera, porque nadie tiene derecho a recomponer las ideas de los demás… aunque ¿qué pasará cuando esos principios sean violentos? ¿Y si el relativismo de alguno le lleva a la lucha contra los principios relativos de los demás? Si no existe el bien ni el mal absoluto, ¿Quién decide lo que es bueno y lo que es malo? ¿Y si lo bueno para algunos es destruirlo todo?…

Si todo es relativo, el «no» como concepto no existe. No puedes enseñar eso a nadie. No pueden permitirte que introduzcas ningún medio de «represión» (según ellos, claro). Todos tienen derecho a defender sus principios, y llevarlos hasta la máxima expresión. Y tú no tienes ningún derecho a limitar la realización de esos principios (sean cuales sean, repito) con lo que se llega a la máxima contradicción de la sociedad: la libertad como tal, no existe.

Sólo puedes tener una libertad relativa (recuerda que mantienes los principios del relativismo) y siempre condicionada por lo que otros (generalmente los que están en el poder político, económico, social…) dicen.

Hace muchos años ya que el famoso pensador cristiano Francis Schaeffer explicaba como los cambios en el arte, música, medios de comunicación, etc. han afectado negativamente a los valores de la sociedad. Y no estaba hablando sobre los cambios de estilo, sino sobre la búsqueda de absolutos en el relativismo (una vez más, ¡que imposible suena eso!). El humanista fabrica su verdad y dice que no pueden existir los valores absolutos. Miente, porque SU verdad es su valor absoluto. Pero mientras nuestra sociedad vive de espaldas al único absoluto posible, Dios mismo… «El hombre moderno tiene los pies firmemente plantados en el aire»

Jaime Fernández es escritor, músico y director del programa «Nacer de Novo» (TVG)