Estaba organizando unas carpetas en mi archivo cuando encontré una cuyo contenido me entristeció. Esa carpeta contiene borradores, recortes de prensa e información multimedia sobre una charla que di en 2007 sobre violencia domestica en Brasil.
Al ver todos aquellos papeles y materiales me quede pensando: ¿cómo será que están los niveles de violencia doméstica hoy? Hice una investigación rápida y descubrí, para mi tristeza, que los números no disminuyeron, sino que por el contrario aumentaron.
En 2007 las victimas de violencia doméstica eran 15% y actualmente llegamos al 19% según datos oficiales, pero la encuesta apunto que el 51% de las victimas no denuncian a los agresores.
Otro dato impresionante es que el 81% de los agresores son maridos, compañeros o enamorados. Y el 78% de las mujeres apuntan al “miedo” como la principal razón para no denunciar al agresor. El único dato a favor de la mujer fue que el 80% dijo conocer o haber escuchado hablar de la Ley María de Penha (de protección a la mujer en Brasil).
Mucha veces nos quedamos callados para evitar entrar en conflicto pero ¿qué debemos hacer delante de este escenario y como podemos ayudar a estas victimas?
Mi visión sobre este asunto cambio mucho cuando leí el libro de Ministerios RBC titulado Protección de Dios a las mujeres. No podemos quedarnos callados delante de estas situaciones, pues es evidente que la erradicación de la violencia doméstica contra las mujeres dependerá del compromiso de la sociedad, incluyendo la sensibilización de los medios de comunicación. Dependerá del coraje de las mujeres en no callarse frente a situaciones de violencia. Dependerá del compromiso de los hombres en rechazar la violencia contra las mujeres cometida por otros hombres.
Ore junto con nosotros para que Nuestro Señor pueda ayudarnos a discernir cuando y como trabajar duro para ayudar a aquellos que están experimentando el dolor de la perdida de sus sueños y de las promesas rotas.
Por ultimo, si no ha leído el libro que mencionado arriba, puede bajarlo apretando aquí.